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Foto del escritorJorge Peris

Davinson Sánchez, la muralla de la Selección Colombia

BOCAS conversó con el defensa de la Selección Colombia

“Who the fuck is Davinson Sánchez? Have we signed a defender from Colombia?” (“¿Quién putas es Davinson Sánchez? ¿Firmamos a un defensor de Colombia?”). Así escribió en la página oficial del club, Nathan Sutton, un rabioso aficionado de los Spurs.


Lo hizo el 18 de agosto de 2017, poco antes de que se anunciara oficialmente el multimillonario traspaso del colombiano al Tottenham Hotspur inglés, que llevaba dos temporadas consecutivas acabando en segunda posición en la ultracompetitiva Premier League. Y lo “posteó” luego de que un futbolista de la primera plantilla del famoso club de Londres, el lateral Danny Rose, caldeara los ánimos en el club al exigir públicamente el fichaje de “dos o tres jugadores conocidos y de renombre, que no tuvieran que buscarse en Google para saber quiénes son”.

Los directivos del conjunto inglés, después de una búsqueda exhaustiva que se prolongó varios meses, decidieron reforzar la zaga con un joven de 21 años y 1,87 metros de altura nacido en la localidad colombiana de Caloto: Davinson Sánchez, un jugador relativamente desconocido para el público en general, con apenas un año de experiencia en Europa, en las filas del Ajax de Ámsterdam.

El sentir de Rose, que pedía “grandes nombres” para poder pelearle la liga al resto de los gigantes del balompié inglés, los Manchester City, Chelsea, Manchester United, Liverpool y Arsenal, era también el de muchos seguidores del Tottenham, que se lanzaron a las redes sociales para expresar su malestar, no por la llegada de Davinson, sino porque el elegido no fue, a su parecer, un futbolista de más entidad.

“Who is this guy? Anybody knows Davinson Sánchez?” (¿Quién es este tipo? ¿Alguien conoce a Davinson Sánchez?). “Is he worth 42 million pounds?” (“¿Realmente vale los 42 millones de libras?). Eso preguntaban ciertos aficionados que recibían prontas respuestas con otros seguidores del fútbol internacional que hablaban maravillas de él.

Menos de un año después de su llegada a Londres, Davinson los tiene encandilados a todos. Los que dudaban ya no dudan. Y los que celebraban su fichaje, se congratulan con el hecho de que el colombiano haya plasmado su firma en un contrato de seis años. Se ha convertido en uno de los mejores futbolistas de la plantilla del cuarto clasificado en la Premier League y en un defensa que ya suena para reforzar a los clubes más grandes de Europa.


No es difícil ver ahora en las inmediaciones de Wembley –el icónico estadio que ha hecho las veces de casa de los Spurs esta temporada, mientras finaliza la construcción de su nuevo y moderno recinto– a aficionados y seguidores del equipo londinense luciendo con orgullo la casaca blanca y la número “6” a la espalda con el nombre en grande: SÁNCHEZ. Con tilde incluida.

En solo una temporada, el caloteño se ha consagrado como uno de los referentes del equipo. Una pieza clave para el entrenador, el argentino Mauricio Pochettino, que pidió expresamente su fichaje y que ha sido su gran protector en un primer curso en la Premier League, en el que apenas ha necesitado adaptación al rocoso balompié inglés.

La historia de Davinson es, cuanto menos, curiosa: de “pelao” empezó de volante de primera línea, sin embargo, más allá de sus condiciones y su buen trato de la redonda, fue retrasando su posición hasta convertirse en central elegante y con buena salida con el balón.

A Sánchez lo descubrió el técnico Juan Carlos Osorio en unas vacaciones en Cali –la ciudad de su esposa–, poco después de haber ganado con Atlético Nacional la final del primer semestre del FPC a Independiente Santa Fe en El Campín. Un amigo cercano de los Osorio convenció al DT, apasionado como pocos al fútbol, para que lo acompañara a ver un partido de juveniles de la categoría 96 en la sede deportiva de La Troja, cerquita de Jamundí; y no tardó Davinson en captar el ojo entrenado del actual técnico de la selección mexicana, quien, tras presentarse, le dijo que lo quería en Nacional. Y no de volante, sino de defensor central.

En agosto de 2013, Sánchez se desplazó a Medellín, formalizó el traspaso por el equipo verdolaga y acabó haciendo su debut, con 17 años, en un partido frente a Boyacá Chicó, y levantando su primera liga contra Deportivo Cali.

Se asentó en la titular con otro entrenador clave en la historia de Nacional, Reinaldo Rueda, con el que brilló en el eje de la zaga, y conquistó la Copa Libertadores. Ahí llegó el Ajax, que pagó 5 millones de euros por sus servicios y solo un año más tarde, el Tottenham: 42 millones de libras esterlinas.

A las puertas de su primera Copa del Mundo y tras finalizar con buena nota su temporada de debut en Inglaterra, Davinson Sánchez me recibe en la moderna ciudad deportiva del Tottenham Hotspur, en la localidad de Enfield, en el norte de la capital británica. Después de varias semanas intercambiando correos con el jefe de prensa del club, finalmente me llama un jueves a mediodía y me da luz verde para una entrevista con Davinson un día después.

Es un viernes, víspera de jornada de la liga Premier. Llueve, hace frío y viento en Londres, lo cual no es nada extraordinario. La cita es a las 14:00 horas, por lo que, para llegar a tiempo a Enfield, tengo que salir de casa con una hora y media de antelación. Un metro, un tren y un Uber después, llego puntual a Hotspur Way, la entrada del moderno sitio de entrenamiento.

Me informan que, como suele suceder con los futbolistas en las vísperas de los partidos, el jugador se va a demorar porque ha sufrido un golpe en la sesión preparatoria y está en la sala de masajes. Me ruegan que espere y me ponga cómodo.

Una hora y media más tarde de lo estipulado, y ataviado con un pantalón de fibra sintética y una chaqueta gris con capucha con el logo del Tottenham, finalmente aparece Davinson. Tranquilo y sonriente, pero con la cara relajada de aquel que ha sido sometido a una larga serie de masajes, me saluda: “¿Qué más, hermano?” y me da un apretón de manos mientras toma asiento en uno de los muchos sofás que hay en la sala de prensa del club.

Juega en la Premier League, la que es, para muchos, la mejor liga del mundo. Ahora está a las puertas de disputar un mundial… Pero ¿cómo empezó en esto del fútbol? Empecé en mi pueblo, jugando en el equipo que estaba cerca de mi casa. Enfrente, de hecho, que hay una cancha. Cuando uno es pequeño lo que quiere es jugar y divertirse; y ahí empecé yo a hacerlo. Un día, de repente, seleccionaron un equipo que iba a jugar contra el América de Cali, y ese día, justo, fui yo. Jugaba de volante de primera línea, como de ocho mixto. ¿A qué no sabías? [Ríe] Marqué gol y destaqué. La prueba la pasaron como 10 o 12 niños, y ya, con el pasar del tiempo, con los años, el único que seguía en los entrenamientos era yo. Luego me seleccionó el América, donde estuve hasta los 15 años, e hice parte de la Selección del Valle y de la Selección Colombia Sub-15. De ahí fui a Atlético Nacional, a los 16 años recién cumplidos, y los profesores me dijeron que querían verme jugando con los más grandes. Justo el profe me vio, y yo, que era el más joven, aunque no el más pequeño, destaqué en un partido en Cali y me dijeron que querían verme con los grandes. Y ahí fui y empecé a entrenar con ellos. De hecho, aunque jugaba con la sub-20, siempre me entraba con ellos.

Empezó de “peladito”. ¿En qué momento pensó que podía ser profesional, que podía dedicarse a esto? Cuando empecé a ser parte de la Selección Colombia lo empecé a pensar. Me dije que había que meterle un poquitico de seriedad a la cosa, pero que tenía condiciones y que podía hacerlo. Y fue en ese momento cuando lo pensé.

Todos los niños sueñan con ser famosos y exitosos y ganar un mundial, una Copa Libertadores o una Champions League. ¿Con qué soñaba Davinson cuando se calzó los guayos por primera vez? Yo soñaba con jugar profesionalmente, solo con eso. Antes de ser profesional pensé que era bueno, pero empecé a meterle más trabajo y, gracias a Dios, me dieron muchas oportunidades... Bueno, no muchas: la realidad es que las oportunidades que me dieron las aproveché. Me dieron las oportunidades que me tuvieron que dar y las aproveché y fui para adelante. Jugué en un gran club como América de Cali y no me quedé; capitaneé todas las inferiores de la Selección Colombia y tampoco me quedé; pasé a Atlético Nacional y no me quedé tampoco... Todo lo contrario, cuando empecé a jugar siempre quería ser mejor y destacarme.


Ya había ganado una copa y decidí irme. No es que no quisiera quedarme, pero es que tenía condiciones para jugar fuera. Mi lugar estaba en otro lado.

Como ha dicho antes, su primera posición fue de volante de primera línea, de ocho mixto, muy distinta de la de ahora. Imagino que los ídolos que tenía entonces no serían defensas. ¿En quién se fijaba de pequeñito? ¿Qué ídolos tenía? Yo jugaba porque me gustaba jugar y porque quería. De pequeñito, pequeñito..., no tenía ídolos. Luego ya, cuando vas creciendo, tienes más conocimiento. Yo cambié de posición, y creo que, por mis características, lo más justo era hacerlo.

¿Le dolió ese cambio? De pequeños todos quieren ser delanteros y marcar goles. [Ríe] A mí, obviamente, me gusta tener el balón, jugar y marcar goles. En un torneo de la Selección Colombia salí goleador, hice ocho goles. En un torneo de cinco partidos hice ocho goles. Bien, ¿no? ¡Jugando de volante de primera línea! Me gustaba eso, me gustaba aportar. En ese momento el cambio no me gustó. Ves el fútbol como un juego en el que quieres ser siempre protagonista. Pero creo que el cambio me vino muy bien. Por el carácter que tengo, la confianza, el liderazgo, las ganas de ayudar... Mi posición ideal vimos que era atrás.

Tiene 21 años y ya ha militado en dos grandes de Colombia y dos grandes de Europa: América de Cali, Atlético Nacional, Ajax y Tottenham Hotspur. ¿No cree que se le ha dado todo muy rápido? Ahí quizá el paso que más me formó, no como persona, que fue en América, donde aprendí los valores, sino como jugador, donde aprendí a jugar, a dar pases, teniendo posiciones, jugando con riesgo, fue en Atlético Nacional. Soy joven y he estado en grandes equipos y de todos he aprendido algo.

Tras el paso por Nacional, donde conquistó la Libertadores, llegó el Ajax, un histórico europeo. ¿Cómo se dio ese traspaso? Como en todo club, ¿no? Nacional quería proteger a todos sus mejores jugadores. Yo estaba muy joven y me preguntaron si me quedaba un rato más para ayudar un poco más. En ese momento teníamos la Copa Sudamericana por delante, pero vi la oportunidad del Ajax. Ya había ganado una Copa y decidí irme. No es que no quisiera quedarme, pero es que tenía condiciones para jugar fuera. Mi lugar estaba en otro lado.

Una temporada en Ámsterdam y llega el Tottenham, que paga 42 millones de libras por usted, la cantidad más elevada jamás desembolsada en el club por un futbolista. ¿Se siente cierta presión por ser el jugador más costoso de la historia de la entidad? La presión la tenemos todos los días, en los entrenamientos, en los partidos, pero no se siente extra. Desde que tengo conocimiento, algo que me pasó con (Juan Carlos) Osorio y con (Reinaldo) Rueda, en cada entrenamiento demuestras que puedes jugar el fin de semana, acá nadie te regala nada. Simplemente sales y haces lo que sabes hacer. ¿Es diferente vestir las camisetas de Nacional y Ajax a la del Tottenham, un equipo puntero en la Premier League? ¿Siente más presión acá en Londres que en Ámsterdam o Medellín, por ejemplo? Las presiones son diferentes porque los objetivos son diferentes. Pero siempre tengo presión conmigo mismo. Si no doy lo que tengo que dar el primer crítico conmigo mismo soy yo. Nadie tiene que venir a decírmelo. La que sufre muchas veces es mi novia, Daniela, porque me dice que me dan muy duro y que a veces no es culpa mía.

De no haber sido futbolista, ¿qué habría sido? ¡Hubiera estudiado! Soy bueno pa los números, así que hubiera estudiado algo que tuviera que ver con números y cosas así. No sé, algo como ingeniero, algo de administración...

Hoy en día se habla mucho de los futbolistas y sus carros, sus mansiones, su elevada calidad de vida... ¿Qué es lo más negativo de este mundillo? Todo tiene sus pros y sus contras. Ser futbolista es lo mejor que me ha pasado en la vida. Hago lo que me gusta y puedo ayudar a muchas personas. Yo tengo una fundación en Caloto y con ver felices a los niños soy feliz. Lo peor, no tanto para mí, sino para mi familia, es no tener mucho tiempo libre para estar con ellos. Nosotros, los jugadores, pasamos a depender de programas, tiempos, entrenamientos, partidos... Pero soy feliz siendo futbolista.

Cristiano Ronaldo colecciona carros y viaja en avión privado, Sergio Ramos, Antoine Griezmann y Wayne Rooney tienen caballos, Gerard Piqué ha creado una empresa, Andrés Iniesta tiene una bodega de vinos... ¿Tiene algún vicio de esos caros? Nada, yo soy muy tranquilo, hermano. Soy de esos que se quedan en la casa y tienen la cabeza donde tiene que estar. Juego mucho a la Play, eso sí, me gusta el FIFA, Call of Duty, Grand Theft Auto, pero no soy de tener vicios.


Me dijo que tenía una fundación en Caloto y que era importante para usted. ¿A qué se dedica exactamente? La Fundación Davinson Sánchez, que está en mi pueblo, cerca de Guachené, tiene su lema, que es aportarles a los jóvenes. Conozco muy bien lo que es hacer lo imposible para cumplir tus sueños. Cuando uno puede aportar y ayudar, como es mi caso, lo hace. Por eso se hacen esfuerzos. No quiero ni busco ganar ni obtener cosas a cambio; lo único que quiero es que los niños tengan la posibilidad de que su futuro sea mejor.

Desde el pasado verano vive y juega en Londres. ¿Cómo es su vida en la capital británica? Imagino que diferente de Ámsterdam y todavía más diferente que en Medellín o Cali. ¡Muy tranquila! De hecho, voy tarde pa la casa [ríe]. No soy tanto de salir, soy más de estar en casa tranquilo, de estar descansando. Soy mucho de salir a comer. Mi novia es más de salir a conocer sitios. Muchas veces salimos para cambiar un poco la rutina. Me suelo despertar a eso de las 8:00-8:15 y voy directamente a la ciudad deportiva del club, donde desayuno con el resto del equipo. Entrenamos y a eso de las 14:30 regreso a casa. Un par de días a la semana almuerzo con mis compañeros y otros con Daniela. Por las tardes tengo clase de inglés, por lo que a las 16:00 suelo estar desocupado. Si puedo me echo una siesta y luego intento hacer cosas entretenidas. A veces veo fútbol, pero no soy de esos que se pasa 2 o 3 horas al día viendo partidos.

Su novia, Daniela, ¿vive acá con usted? ¿Tiene más familia que la acompaña en Londres? Llevamos juntos desde un par de meses antes de irme a Ámsterdam. Cuando se dio lo del Ajax la idea era que se viniese conmigo, y de ahí a Londres. La conocí muy cerquita de mi pueblo. Daniela y yo somos mucho de estar nosotros solos; la familia vino a vernos en las fiestas de Año Nuevo. Juego partidos prácticamente cada tres días, todo muy seguido, por lo que es difícil cambiar el chip y hacer cosas diferentes.

Pese a los casi 9.000 kilómetros que separan Colombia del Reino Unido, ¿sigue pendiente de la situación en el país? ¿Sigue la política, le interesa? En la política prefiero mantenerme un poco al margen. Son temas en los que cada uno tiene que resolver sus asuntos y yo prefiero no entrar. No me involucro. No es que no me interese, pero no lo sigo tanto. Eso sí, estoy pendiente de la actualidad del país. En mi casa tengo los canales colombianos y veo muchos programas.

El pasado verano llegó usted al Tottenham, pero en los últimos años hemos visto un desembarco importante de jugadores colombianos en equipos punteros de Europa: James en el Real Madrid primero y luego en el Bayern, Falcao en el Mónaco, Bacca ahora en el Villarreal, Cuadrado en la Juventus, Mina en el Barcelona... El fútbol colombiano ha evolucionado mucho en los últimos años. Tiene futbolistas en las mejores ligas y disputando torneos importantes. Luego lo que queremos todos es llegar al equipo nacional y que se haga un papel importante. Todo es mucho más profesional ahora. Creo que respondemos mejor a la presión y sabemos que tenemos que representar bien al país y dejar el pabellón en alto.

Juega junto a algunos de los mejores del mundo en el Tottenham. Los Kane, Alli, Eriksen, Alderweireld, Lloris... ¿Cuál es el que más le ha sorprendido en estos meses? Antes de llegar al Tottenham conocía algo del club, pero no tenía un conocimiento exacto, por decirlo así. Luego llegas y ves que es una entidad muy organizada y que tanto el entrenador (Mauricio Pochettino) como los compañeros son de primer nivel. Todos son personas comunes y corrientes y son todos muy completos.

¿Qué opinión se tiene de Kane en el vestuario? ¿Es tan bueno desde dentro como vemos desde fuera? ¡Harry es muy bueno! Es un profesional, alguien que se cuida muchísimo y que intenta ser un buen líder. Sabemos lo que representa dentro y para el equipo. Todo lo que se puede decir de él se ve sobre la cancha.

Es joven pero ya ha disputado muchos partidos de relevancia. ¿Con qué tres encuentros se queda? ¿Cuáles son los primeros que le vienen a la mente? Hay muchísimos [ríe]. ¡Si me quedo con uno o con dos soy injusto con los otros! Pero si tengo que elegir... me quedo con la final de la Copa Libertadores y la final de la Europa League. También de los encuentros contra el Real Madrid en Champions, tanto el de Wembley, por la forma en que jugamos, como el del Santiago Bernabéu, ya que era la primera vez que jugaba en ese estadio.

¿Qué futbolista de aquellos a los que se ha enfrentado le ha dado más problemas? ¿Cuál ha sido el más difícil de marcar? El más difícil... Son consecuencias, quizá no haya habido uno fijo. Cristiano y Messi me pusieron las cosas difíciles. Por ahí, por lo que es y significa... Messi. ¡Messi es Messi!


Jugué en un gran club como América de Cali y no me quedé; capitaneé todas las inferiores de la Selección Colombia y tampoco me quedé; pasé a Atlético Nacional y no me quedé tampoco...

¿Dónde se ve dentro de cinco años? ¿Se imagina jugando en España, en Real Madrid o en el Barcelona? Yo estoy tranquilo. En adelante la vida cambiará y vendrán momentos... Ahora mismo estoy tranquilo y soy feliz en Tottenham. Estoy en un gran equipo, con un gran centro de entrenamiento, y viviendo una ciudad increíble. Me veo aquí, pero si la vida me pone en otro lugar, que sea para mejorar. Donde encuentre el éxito, un sitio en el que me sienta importante, estaré tranquilo.

Todavía falta, pero ¿se ve acabando su carrera en Colombia? ¿En qué equipo le gustaría? Es fácil decir que iría a este o aquel equipo; a Nacional, Cali o Millonarios, pero cada momento te va marcando cada situación. Obviamente, me gustaría vestir las camisetas de América y Nacional, pero todo depende del momento, de lo que puedas aportar, etc.

Ha ido quemando etapas, consiguiendo éxitos en los clubes en los que ha estado y ha logrado asentarse en la selección. ¿Qué recuerda del día que recibió el primer llamado? ¿Dónde estaba? La primera vez fue en Colombia, pero fue cuando me encontraba en el Ajax que me llamaron para partidos oficiales. Recuerdo que estaba acostado en la cama porque la lista sale en la tarde en Colombia y en la noche en Europa, miré el teléfono y vi que había entrado en la lista. Llamé a mi novia, a mi mamá y estaban todos muy contentos.

¿Cuál es su mejor amigo en el fútbol y en la selección? Tengo muchísimos [ríe]. Me caracterizo por eso, por ser buena persona con todos. Soy tranquilo, no muy bailarín como muchos en la selección [ríe], aunque a veces sí me animo a bailar.

Llegan a Rusia tras una buena gira de amistosos en Europa. ¿Hasta dónde puede llegar esta Selección Colombia en Rusia? La selección es siempre un plus, te da un crecimiento importante. Uno sabe que cuando se pone la camiseta de la selección juega por algo más y que no debe guardarse esfuerzos. Creo que tenemos posibilidades. Hemos formado un equipo que ha crecido mucho en los últimos tiempos y que se ha ubicado entre los mejores. Hay que soñar y confiar en el equipo, y luego ya todo se va logrando.

Hace cuatro años se saborearon por primera vez unos cuartos de final. ¿Colocarse de nuevo entre los ocho mejores del mundo sería un resultado positivo en Rusia? ¡Obvio! Pero acá lo importante es que esto no sea solo en una Copa del Mundo, donde la exigencia es grandísima: el sueño es que Colombia esté siempre entre los primeros, entre los mejores.

¿Cuáles son sus favoritos en el mundial? ¡Hermano, hay muchos! No se puede negar que Brasil es uno de ellos. Luego también Alemania, que está siempre; y España, que viene haciendo las cosas muy bien. Tampoco podemos descartar a Uruguay, que pelea como muy pocos, y a Argentina, que tiene a Messi, el mejor del mundo.

Le hemos visto formando pareja y entendiéndose muy bien en el eje de la defensa con Yerry Mina. ¿Se conocían de antes? ¿Se siente cómodo jugando con él? Somos de un lugar cercano y nos conocíamos de antes. Eso hace que tengamos la confianza de comunicarnos y entendernos mejor sobre el campo. Esas conexiones son importantes, ya que son las que hacen grandes a las selecciones.


Uno sabe que cuando se pone la camiseta de la selección juega por algo más y que no debe guardarse esfuerzos. Creo que tenemos posibilidades.

En Europa muchos hablan ya del dúo Davinson Sánchez-Yerry Mina como una versión joven de la pareja Sergio Ramos-Gerard Piqué. ¿Será que llegan? No tenemos que envidiarle nada a nadie, pero las comparaciones son odiosas. Sabemos lo que tenemos y sabemos lo que podemos hacer jugando a la par uno del otro. Piqué y Ramos son dos jugadores históricos y se les respeta mucho por lo que representan, pero jugando a la par no hay que envidiar a nadie.

Vamos con unas preguntas a un toque. ¿El mundial con Colombia o la Champions League con el Tottenham? A la selección no se le puede decir que no: el mundial.

¿Messi o Cristiano? Para mí, Ronaldo.

¿Madrid o Barça? ¿Cómo me preguntas eso? ¡Me estás exponiendo, amigo!

Una liga en la que le gustaría jugar en el futuro. La Premier League, donde estoy ahora. Es la mejor del mundo.

Competición que sueña con ganar. La Champions y el mundial. Uno tiene muchos sueños.

¿Alguien que sueña con conocer? No soy muy de decir que tengo ídolos.

¿Alguien que soñó con conocer y que conoció? Sergio Ramos fue alguien importante. Por la posición en la que jugamos, por lo que ha sido...

Una ciudad para vivir Depende del momento.

Cali, Medellín, Ámsterdam o Londres. Me quedo con las colombianas.

¿Comida que más le gusta en Inglaterra? English food? El desayuno inglés, el English Breakfast.

¿Qué es lo que más extraña de Colombia? El calor y el sol.

¿Comida que más extraña de Colombia? Na, no la echo de menos.

¿No? Me la hacen en casa. Mi novia me hace de todo.

¿Se ve muchos años en Londres? Sí, me encanta la ciudad. Acá encuentras de todo.

¿Algo que haya aprendido de inglés? ¡Muchísimo! A lot!


POR JORGE PERIS, REVISTA BOCAS EDICIÓN 74 - MAYO 2018

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